viernes, 13 de enero de 2012

¿ Por qué esta adicción a la basura de la "cumbia Villera"?

Política
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La cumbia "villera"
16.02.2004 | "la música me salvó, todos mis amigos están en Sierra Chica"- "Traidor"Salinas- Pibes Chorros
POR EL DOCTOR JUAN ALBERTO YARIA * Recorriendo los espacios de un centro de rehabilitación de adictos que agrupa a jóvenes de todos los estratos sociales me asombra el fanatismo por los sones de la cumbia villera. Son sonidos simples, reiterados, sordos y trabados en donde la perseveración del ritmo es como un golpe que retumba y, fundamentalmente, con letras en donde nada se metaforiza; parecerían esas letras la muerte de la metáfora, todo es directo, ni siquiera apológico de la droga. No hay alusión indirecta, elíptica por sustitución o semejanza de las sustancias. El lenguaje ha perdido la dimensión metafórica como existe en el rock (en donde la droga aparece eludida y confrontada a través del doble sentido). La droga, el robo, la policía están permanentemente en cuestión: "rati, la c...de tu madre"; el chuno verde (la marihuana), "queremos las manos arriba de todos, porque al primero que se haga el ortiba, le vamos a dar"; "aunque no nos quieran somos delincuentes", "vamos de caño con antecedentes", etc., etc. Me asombra el apasionamiento con que se la escucha, es casi una nueva feligresía que escucha con unción tarareando letras. Realizo con mis pacientes que son casi un centenar de jóvenes de ambos sexos un "focus group" (un grupo de reflexión) dirigido a pensar este gusto que en este momento de su rehabilitación es dañino para su curación ya que los acerca a experiencias de su enfermedad: consumo, violencia, desborde. En lugar de hacer parar los aparatos musicales los hago pensar; tarea clave de todo terapeuta y casi ausente en el discurso social: ¿por qué hacen lo que hacen?. Además si el fenómeno es masivo es porque hay algo que también sucede masivamente y, en este caso, también dañino para la salud. Los pacientes paradójicamente son muy críticos hacia aquello que ellos mismos tararean. Y esto es lógico porque la música y las letras de la cumbia villera los retratan pero ellos no pueden salir de ese retrato y ser distintos, de lo contrario no serían pacientes adictos. Me comentan: "es una deformación" de la música tropical apológica de las drogas y la violencia (creo que no hay apología ya que en ésta hay una cierta metáfora, acá es directa); "la música no tiene ninguna elaboración ni variaciones, es sólo letra como canto de guerra". Luego dicen que se acabó el canto al amor, al romanticismo como en la cumbia clásica en Los Wawancó, el Cuarteto Imperial, en donde había todavía una esperanza amorosa. Hoy todavía hay grupos como Sombras, Leo Mattioli, las Nueve Lunas, que le cantan a la vida y al amor. Hoy la villa es la imagen de la gran procesión hacia el sagrario buscado: las drogas. En sus pasillos se consigue ese material preciado por la sociedad post-moderna para lograr en principio un cambio de estado de ánimo y para congelar un proyecto de vida trunco. Las fugas de los adictos de sus casas, de las escuelas o de los centros de rehabilitación son hacia ese otro territorio en donde el "dealer" como expresión de la muerte moderna distribuye algo que calma y que a la vez daña para siempre. La Villa está prestigiada en la masa de jóvenes confundidos, en sus pasillos peligrosos "transan", negocian su vida. Es el paradigma de la confusión y el asesinato de sí mismo post-moderno. La droga aplaudida y a la vez silenciada en sus efectos mortíferos en todos los cenáculos y cofradías mediáticos encuentra en los pasillos de estas nuevas catedrales sus expendedores. La Villa es el territorio del "aguante" (lugar de una resistencia) pero a la vez de la desprotección institucional. El aumento de las Villas es el aumento del default humanístico de nuestro país. La pérdida de la dignidad del ser humano. Es la arquitectura y la urbanística de la decadencia argentina. Es el triunfo del desempleo, la desescolarización, la desfamiliarización. Ahí surge una estética explosiva del drogarse: entre el 40 y 60% de los jóvenes de esos lugares abusan de drogas.
http://laprensa.com.ar/Note.aspx?Note=317447

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